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"No hay que llorar -respondió Sancho- que yo entretendré a vuestra merced contando cuentos desde aquí al día, si ya no es que se quiere apear y echarse a dormir un poco en la yerba………yo me esforzaré a decir una historia que si lo acierto a contar y no me van a la mano, es la mejor de las historias; y esteme vuestra merced atento, que ya comienzo. Erase que se era, el bien que viniere para todos sea, y el mal para quien lo fuere a buscar……”

 

De esta manera el infatigable escudero de Don Quijote prepara a su amo para escuchar el cuento de la pastora Torralba, una de las muchas historias que se encuentran en la trasgresora obra de Cervantes. De igual manera los tropiezos en Sierra Morena, la historia de Leandra así como las bodas de Camacho y otros sucedidos, sorprenderán al que bien escucha, invitándole al regocijo de la palabra y la música como poderosas herramientas para mover los sentidos. Una invitación continua al gran banquete del amor; Dulcinea la pasión de Don Quijote.

 

Una propuesta escénica construida en torno a parábolas, cuentos y músicas. Un inmenso lenguaje simbólico destinado a tender un puente entre lo mundano y lo espiritual.

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